Hace poco me ha llegado la noticia de una posible reedición
de “Far West”, el juego de rol del oeste, mi juego de cabecera de tantas
partidas de tiros, muertes, dólares, putas e indios.
Si a ello le sumamos la de Vampirola Mascarada (uf, que de daño hizo este juego y todo lo que trajo con él, a lo mejor algún día me paro a ponerlo verde) y la de Runequest
en español, estamos ante una operación añoranza por unos tiempos ya perdidos, en
la que por un lado aquellos a los que jugábamos a aquellos juegos nos dé un
ataque de nostalgia y los compremos, y a los más jovenzuelos, que sepan de
oídas sobre esos juegos, se acerquen a ver
a estos dinosaurios levantarse.
Si a ello le sumamos la de Vampiro
Por cierto, la culpa de todo esto a lo mejor la tiene el
HQ25.
Maldito Dioni…
Y todo esto me hace pregúntame si realmente, el rol ha
muerto.
Uno recuerda con mucho cariño aquellos tiempos en que podías
echar horas y horas, y días, semanas y meses en el mismo juego, con el mismo
grupo, y la verdad es que volver a aquello es imposible.
En mi grupo de juego habitual (mis queridas señoras
mayores), fuimos un antiguo club de rol (Mi madre es un orco) que durante gran
parte de los 90 perdimos tiempo y neuronas en interminables partidas de juegos
viejunos muchas veces con el insano propósito de apuntar más partidas en el
anuario para acabar siendo el que más dirigía/jugaba al cabo del mes.
Por desgracia, ahora que hemos vuelto a reunirnos unos pocos
en una partida semanal, por más que lo intentamos, es muy difícil ya jugar al
rol como antes.
Para empezar, que muchas veces solo se disponen de un par de
horas, y eso es poquísimo.
Además, cada semana lo normal es que falte uno y venga otro que la semana
anterior no apareció, con lo cual el master tiene que estar continuamente
parcheando la situación.
Y tampoco podemos negar que nosotros ya no somos los mismos,
en el viaje hemos perdido algo de aquel encanto y el poder meterse rápidamente
en las partidas.
Nos cuesta más rolear y hasta a los masters dirigir…
Yo mismo no quedé nada contento con mi ultima campaña
dirigida relativamente hace poco, y seguramente no vuelva a dirigir más ni Far
West ni nada, por lo menos hasta que se me olvide que no terminé de divertirme
como antes.
Con todos estos problemas, es normal que los últimos tiempos
hemos tirado a juegos de mesas/cartas, muchísimos más rápidos y se juegan en
menos tiempos (más o menos), pero por lo menos no importa que uno falte cada
semana.
Y entonces, ¿para que comprarte juegos de rol si sabes que
no los vas a dirigir?
Todo se reduce a un simple ejercicio de coleccionismo
lúdico.
Y la frase que adorna este artículo debería de ser escrita
con interrogantes.
O mejor aún, preguntarnos que a lo mejor el rol sigue siendo
el mismo, los que estamos muertos somos nosotros…
No hay comentarios:
Publicar un comentario