viernes, 9 de mayo de 2014

Jugando a...The Price of Freedom

Por norma general, suelo ser un jugador agradecido, y encuentro diversión con casi cualquier juego.
Incluso con alguno que no sea muy bueno, puedo encontrarlo su cosita, si es que la tiene, claro.
En pocas ocasiones un juego me aburre durante una partida, pero algunas veces me pasa, como con este The Price of Freedom.

The Price of Freedom es un wargame ligero creado por Renaud Verlaque en el año 2008 sobre la Guerra de secesión.
Detrás de un bonito envoltorio (lo único destacable), se esconde un pésimo juego, sin testear claramente, y con sistemas y reglas que no hay por donde cogerlas.
Para empezar, cada uno de los bandos tienen unas formas distintas de ganar puntos de gobierno, que a la postre servirá para ganar la partida.
Es decir, que muchas veces dará igual tomar una ciudad u otra, ya que si dicha ciudad no está entre esos objetivos, es para nada.




Otro de los problemas es que nunca puedes tener más ejércitos que puntos de gobierno.
Y cuando quieres formar un gran ejercito, descubres que no puedes crear mas.
La solución sería deshacer otros ejércitos y poder reorganizarlos en uno grande, pero por alguna extraña decisión del diseñador, no puedes ni hacer eso, ni mandar a la reserva a tus generales.
Claro, lo ideal sería ampliar tus puntos de gobierno, pero con la mierda de ejercitos, como solo puedes atacar con 2, es todo una lotería sin sentido.




Aunque poco sentido es sin duda el motor del juego, un mazo de cartas totalmente desvirtuado y desmedido, donde si un General pierde una batalla lo puedes asesinar, bueno no, si tu ejercito no tiene generales en la reserva, eres inmune a esas cartas, dando como resultado que si tienes reservas, a la larga es peor que uno que no tenga.
O Kentucky, que se une al bando que primero le toque la carta, sin tirada de dado ni condiciones anteriores.
Aparte, las reglas junto a las cartas no están definidas, y durante la partida se dan situaciones no aclaradas, que tienen que decidir entre los dos jugadores.




Un sistema de mandos raro y poco intuitivo, lo mismo que los movimientos y las interrupciones y un sistema de combate donde el azar tiene un protagonismo excesivo hizo que esta partida de The Price of Freedom fuera nada divertida en general.

El juego como es normal fue un fracaso y en la BGG no pasa del 6,5, y espero que este señor no me vuelva a atormentar con cosas tan malas como esta...

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