martes, 13 de mayo de 2014

El Rol ha muerto


Hace poco me ha llegado la noticia de una posible reedición de “Far West”, el juego de rol del oeste, mi juego de cabecera de tantas partidas de tiros, muertes, dólares, putas e indios.


Si a ello le sumamos la de Vampiro la Mascarada (uf, que de daño hizo este juego y todo lo que trajo con él, a lo mejor algún día me paro a ponerlo verde) y la de Runequest en español, estamos ante una operación añoranza por unos tiempos ya perdidos, en la que por un lado aquellos a los que jugábamos a aquellos juegos nos dé un ataque de nostalgia y los compremos, y a los más jovenzuelos, que sepan de oídas sobre esos juegos, se acerquen a ver  a estos dinosaurios levantarse.
Por cierto, la culpa de todo esto a lo mejor la tiene el HQ25.
Maldito Dioni…

Y todo esto me hace pregúntame si realmente, el rol ha muerto.
Uno recuerda con mucho cariño aquellos tiempos en que podías echar horas y horas, y días, semanas y meses en el mismo juego, con el mismo grupo, y la verdad es que volver a aquello es imposible.
En mi grupo de juego habitual (mis queridas señoras mayores), fuimos un antiguo club de rol (Mi madre es un orco) que durante gran parte de los 90 perdimos tiempo y neuronas en interminables partidas de juegos viejunos muchas veces con el insano propósito de apuntar más partidas en el anuario para acabar siendo el que más dirigía/jugaba al cabo del mes.

Por desgracia, ahora que hemos vuelto a reunirnos unos pocos en una partida semanal, por más que lo intentamos, es muy difícil ya jugar al rol como antes.
Para empezar, que muchas veces solo se disponen de un par de horas, y eso es poquísimo.
Además, cada semana lo normal  es que falte uno y venga otro que la semana anterior no apareció, con lo cual el master tiene que estar continuamente parcheando la situación.
Y tampoco podemos negar que nosotros ya no somos los mismos, en el viaje hemos perdido algo de aquel encanto y el poder meterse rápidamente en las partidas.
Nos cuesta más rolear y hasta a los masters dirigir…

Yo mismo no quedé nada contento con mi ultima campaña dirigida relativamente hace poco, y seguramente no vuelva a dirigir más ni Far West ni nada, por lo menos hasta que se me olvide que no terminé de divertirme como antes.

Con todos estos problemas, es normal que los últimos tiempos hemos tirado a juegos de mesas/cartas, muchísimos más rápidos y se juegan en menos tiempos (más o menos), pero por lo menos no importa que uno falte cada semana.

Y entonces, ¿para que comprarte juegos de rol si sabes que no los vas a dirigir?
Todo se reduce a un simple ejercicio de coleccionismo lúdico.
Y la frase que adorna este artículo debería de ser escrita con interrogantes.
O mejor aún, preguntarnos que a lo mejor el rol sigue siendo el mismo, los que estamos muertos somos nosotros…

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