Limpiando las cajas de mis juegos, me entró ganas de volver a jugar a Field Commander Alexander.
Cuando cogí la hoja de anotación de partidas, comprobé que la última partida databa de mediados del 2013, cosa rara, ya que yo pensaba que lo había jugado más recientemente.
Tras un rapido repaso del manual, monté la primera campaña (Granicus), y me preparé para jugarla.
Vamos, el repaso al final fué el que me dió a mi el juego.
La verdad es que esta primera campaña la recordaba más "ligera".
En mi debe, decir que opté por elegir al consejero "Callisthenes", el que te otorga un punto más de gloria cuando ganas batallas,eliminas a lideres o tomas ciudades enemigas, que aunque es bueno, no termina de ser tan definitivo como Parmenión (reduce en 3 los Planes de batallas del enemigo).
En honor a la verdad, he de decír que la primera operación enemiga me dejó con la mitad del oro en mis arcas, y despues unas muy bajas tiradas de Reconocimiento terminó de hacer que lapidara el restante oro y el ganado en la primera batalla de Chaeronea.
Esto hizo que terminara con un ejercito muy mermado, y sin oro ni ciudades gobernadas para poder recuperarme, haciendo imposible la confrontación en la provincia de Granicus contra el ejercito de Memnon.
Volví a montar el escenario, pero esta vez, usando a Parmenión.
Mi honor estaba dolido, y ya era una cuestión de orgullo pasar este escenario...
Esta vez, y tras la derrota anterior, jugué con algo más de cabeza.
En cuanto pude, formé un ejercito de 6 unidades, que te hacía que no sufrieras pasos de daño durante el movimiento, aunque me iba a costar muy caro mantenerlo.
Encima, como profecía tuve una que me exigia fundar una nueva ciudad, que aunque al final de la partida te daba 5 PV extras, te costaba 5 de oro crearla, y las profecias, como decidas darle la vuelta, es necesario completarlas si o si, ya que Alejandro sube de nivel con ellas (y baja si no las completas, pudiendo hasta ser eliminado).
En esta partida, sin embargo, todo me salió bien.
Las tiradas de Reconocimiento eran altas, con lo cual mover al ejercito solo me solia costar 1 o 2 de oro, y con el consejero Parmenión, la verdad es que las batallas no son tan cuesta arriba como sin él.
No se terminó de activar las Operaciones enemigas, y las Ordenes enemigas de cada ciudad fueron bastante "ligeras",
Pese a todo, tarde un poco en completar el escenario, y la puntuación final fué de 15 PV.
Al acabar la partida, opté por anotar las fuerzas con las que había terminado, con la idea de jugar el segundo escenario en modo "campaña completa" (en este modo, usas las fuerzas, los consejeros y el nivel de Alejandro del escenario anterior).
Tambien en este modo se usa una forma extra de puntuación, usando puntos de Inmortalidad, que al final de los 4 escenarios te dirá como de bien ha sido tu campaña.
Tras "Granicus", obtuve 104 PI.
Fiel Commander Alexander siempre ha sido acusado de ser demasiado "ligero" o de tener una simulación poco realista.
Como ya dije en su reseña en su tiempo, creo que el problema es que muchos se acercaron a él pensando que era un "wargame" clasico cuando es otra cosa.
Yo si creo que el juego cumple lo que pretende, que es ser una simulación de la "vida" de Alejandro en sus campañas militares.
Seguramente, lo que es en sí la parte de las batallas, puede parecer simple, pero creo que tiene algunos conceptos interesantes, que van desde saber elegir tus tropas (no todas son iguales), y sobre todo, saber que planes de batallas son los adecuados para según que batallas.
Lo que si he podido apreciar durante todas las partidas que he jugado, es que pocas veces en la partida vas "sobrado" para contruir templos o gastar gloria en Perspicacias o nuevos consejeros.
Aparte, hay un hecho bastante curioso, y es que la partida acaba cuando logras el ojetivo de la campaña, y eso puede hacer que no tengas fase final, con lo cual no puedes "gastar" oro y terminas el escenario perdiendo ese dinero, con lo cual muchas veces hasta conviene esperar un turno más, pero claro, sin olvidar que si tú ejercito es grande, necesitaras oro para poder moverlo y entrar en la última zona.
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